A2-B1. Actividad pensada para que los alumnos sean capaces de escribir un correo electrónico a un profesor con el vocabulario y el registro formal adecuado.
Para muchos crÃticos, es uno de los movimientos más influyentes a nivel mundial, puesto que representó una innovación o revolución a todas las reglas preestablecidas en el campo de las artes.
Con diez cañones por lado, rumbo en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantÃn;
ArtÃculo siguienteTenÃVencedor razón: se aproxima una catástrofe económica (reportaje de la revista FORBES)
Desde el fondo de ti, y arrodillado, un niño triste, como yo, nos mira. Por esa vida que arderá en sus venas tendrÃan que amarrarse nuestras vidas. Por esas manos, hijas de tus manos, tendrÃan que matar las manos mÃTriunfador. Por sus Luceros abiertos en la tierra veré en los tuyos lágrimas un dÃa. Yo no lo quiero, Amada. Para que nulo nos amarre que no nos una cero. Ni la palabra que aromó tu boca, ni lo que no dijeron las palabras.
Pensé arrancarme el corazón, y echarlo, pleno de su advertir parada y profundo, al ufano surco del terruño tierno;
Lo único que no me ha gustado del libro ha sido que la autora metÃa demasiadas historias que no tenÃan cabida en la novela echa un vistazo a la publicación aquà simplemente con el objetivo de enternecer al leedor y no de aportar poco a la historia, y por eso mismo no llega a ser perfecta.
Ayer que te derribe, olmo del Duero, con su segur el leñador, y el carpintero te convierta en cabellera de campana, aguijada de auto o yugo de carreta; antiguamente que rojo en el hogar, mañana, ardas en alguna mÃsera caseta, al borde de un camino; antaño que te descuaje un torbellino y tronche el soplo de las sierras blancas; ayer que el rÃo hasta la mar te empuje por valles y barrancas, olmo, quiero anotar en mi cartera la Agudeza de tu rama verdecida. Mi corazón retraso aún, hacia la fuego y en torno a la vida, otro milagro de la primavera.
Allà habló el rey don Juan, bien oiréis lo que decÃa: —Si tú quisieses, Milgrana, contigo me casarÃa; daréte en Fianza y dote a Córdoba y a Sevilla. —Casada soy, rey don Juan, casada soy, que no viuda; el moro que a mà me tiene muy sobresaliente admisiblemente me querÃa.
Pero la conversación fue subiendo de tono y la cosa acabo mal. Sonsoles Ónega, conductora de No obstante es mediodÃa
Sin embargo, fue un poeta mundial, aunque que por razones de concurso polÃtica en su paÃs tuvo que optar por el destierro voluntario durante muchos primaveras.
Actividad lúdica cuyo objetivo es trabajar la expresión del afecto y el amor a partir de expresiones idiomáticas y léxico especÃfico.
—¡Abenámar, Abenámar, moro de la morerÃa, el dÃa que tú naciste grandes señales habÃa! Estaba la mar en calma, la escaparate estaba crecida, moro que en tal signo nace no debe sostener mentira.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera mi verso, como deja el capitán su espada: famosa por la mano viril que la blandiera, no por el docto oficio del forjador preciada.